Mucho se dijo y se escribió sobre Santos Vega, el trovador sombrío, cuya tradición jamás ha de morir en la memoria de nuestros gauchos. Fue tan asombrosa la existencia de aquel ser fuerte y desventurado, y tan geniales las prendas de su corazón, que muchos sostienen que Santos Vega no es una leyenda, sino un ser fantástico a quien se le atribuía todo lo bueno y todo lo anónimo de nuestra poesía gauchesca.
Presionando con sus dedos su guitarra, Santos Vega homenajeó en forma admirable su eterna melancolía, mientras entretenía día y noche a todos los vecinos de un partido. ¿Leyenda o realidad? Conocido también como el poeta del Paraná, Rafael Obligado, que perteneció a la generación de 1880, escribió, como pocos, una poesía con temática gauchesca, pero con palabras cultas, porque sobre él ejerció su influencia la poesía francesa del sigo XIX. Santos Vega es un poema escrito en décimas, en donde se narra la historia de un payador que es vencido por Juan Sin Ropa, la encarnación de Lucifer. La obra se terminó de publicar en 1917, aunque algunas de sus partes ya habían sido incluidas en otro de sus libros: Poesías.
Rafael Obligado fue un escritor de escasa producción, pero Santos Vega lo consagró, porque pudo crear un poema culto y documentado que prescinde del dialecto de los gauchos.
Páginas: 112
Formato: 19 x 12 cm
